Cuando la información no está centralizada y el proceso de recibir y gestionar información genera por sí mismo nueva información, es evidente que no podemos seguir apostando por una metodología que podía ser válida para otro tipo de sociedad.
La irrupción de las tecnologías de la información en el proceso de aprendizaje, en la gestión de los centros educativos y en nuestros entornos más cotidianos, nos obliga plantear el viejo debate sobre el papel que juega la educación en la formación de los ciudadanos que deben gestionar ese nuevo entorno.
Esa "sociedad líquida" de la que hablaba Bauman y de la que ya nos advirtió Heráclito, se nos presenta una realidad en la que el conocimiento no es algo estático ni puede resumirse en la memorización de datos, útiles tan sólo para ganar algún concurso televisivo.
Si todo fluye y el conocimiento ha dejado de estar centralizado, eso nos va a obligar a dedicar mucho tiempo a gestionar la información de otra manera y a incorporar nuevos hábitos de aprendizaje y sociales.
Aunque los retos son interesantes, el debate no es nada nuevo. La tecnología ha acentuado el viejo problema ilustrado sobre qué es ser un ciudadano, y Kant resolvió el problema diciéndonos aquello de "atrévete a pensar". Hoy más que nunca el aprendizaje debe ser un atrevimiento, un aventurarse en un lugar en el que no existe una Enciclopedia que reúna todo el saber y a la que uno puede acudir cuando quiera.
Por otro lado, conocimiento y autonomía siempre han estado o han debido de estar ligados. Un ciudadano culto debe ser autónomo y no depender más que de sí mismo para pensar. Recuerdo aquel fragmento de Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?: "¡No razonéis! El oficial dice: ¡No razones, adiéstrate! El funcionario de hacienda: ¡No razones, paga! El sacerdote: ¡No razones, ten fe!".
Pues bien, hoy estamos en una época en la que el ciudadano puede ilustrarse a sí mismo.
Sigamos con la dialéctica kantiana. Algunas cuestiones críticas
- Cuando el medio se ha convertido en el mensaje, en ocasiones el resultado de usar las TIC no va más allá de bonitos "fuegos de artificio" vacíos de todo contenido.
- Se suele echar en falta un análisis crítico sobre el uso o abuso de estas herramientas. "Adaptar o desaparecer" se decía en el vídeo, y quizá no somos conscientes de en qué manera estamos contribuyendo a agrandar la brecha tecnológica y social que divide a los ciudadanos. Creo que este puede ser el reto de la enseñanza pública.